Como padres o educadores nos preocupa que, en las primeras etapas de la vida, nuestros hijos aprendan a tomar decisiones de forma correcta. Nos preocupa que se dejen llevar por lo que oyen o hacen sus amigos sin valorar las consecuencias ni reparar en los posibles daños. Sin alejarles de su círculo cercano ni prohibir, queremos que aprendan a discernir entre aquello que les puede perjudicar y lo que les puede favorecer en su crecimiento personal.

Sin embargo, se constata cada día que muchos adultos siguen creyendo noticias falsas sin ni siquiera preguntarse cómo llegan a sus correos y wasap semejantes afirmaciones; días antes de una votación, un amplio porcentaje de indecisos “mayores de edad” son capaces de cambiar su voto por promesas que no saben si se podrán cumplir con los recursos y resultados económicos que ya se saben de su país, sencillamente porque los desconocen; y son muchas las personas que se dejan seducir por cantos de sirena y publicidad engañosa que les convence para gastar el dinero que no tienen. Como hace Nico, el personaje de “Mi primer libro de economía, ahorro e inversión”.

La falta de pensamiento crítico es la causa de estos comportamientos que describimos, que no solo afectan a niños y a jóvenes, sino que son la asignatura pendiente de muchos adultos.

La Fundación Mª Jesús Soto nació y sigue teniendo el objetivo de difundir educación económico-financiera y para el emprendimiento básica. Cree firmemente que, tan importantes son los conocimientos en estas materias como los sentimientos y valores en la toma de decisiones relacionadas con el dinero en cualquier ámbito de nuestra vida. En el más cercano y familiar, en el empresarial, y en el nacional, pues las decisiones político-económicas, nos guste o no, nos afectan como ciudadanos. Por ese motivo, para enseñar a reflexionar y a sentir desde edades tempranas sobre asuntos que serán importantes para el futuro, nace la colección Fábulas para pensar con Nico y Carol.

Estos hermanos, Nico y Carol, escuchan las fábulas que sus padres les leen cada noche y se formulan preguntas. No dan por buenas todas las afirmaciones y la manera de actuar de los protagonistas de esas historias.

Las personas que como Nico y Carol tienen pensamiento crítico son personas capaces de argumentar, que es buscar razones que soporten lo que se afirma; analizar diferentes alternativas sopesando qué las hace mejores o peores; evaluar los datos, la información que reciben y también la que buscan proactivamente para tomar mejores decisiones y, en definitiva, solucionar problemas. Estas cuatro habilidades: argumentar, analizar, evaluar y solucionar se pueden fortalecer, y esta colección puede ser el punto de partida para hacerlo con vuestros hijos pequeños o vuestros alumnos.

En los recursos didácticos que se incluyen después de la lectura de la fábula, se anima a argumentar si las posesiones son o no la base de la felicidad; si valoramos lo que tenemos o si no lo hacemos porque siempre pensamos en un sustituto más caro que no nos podemos permitir; si nos comparamos con los demás creyendo que siempre lo suyo es mejor, como le ocurrió al perro que, reflejado en un estanque, veía a otro con un trozo de carne que imaginaba mejor que el suyo.

En esas actividades, bajo la cita de Horacio: “¡Atrévete a pensar!”, se plantea si juzgamos a los demás por lo que nos parece que poseen y si eso influye en nuestro trato hacia ellos; se insta a reflexionar acerca de si todo vale para poseer más bienes o poder, y se pide evaluar qué se necesita para convertir los sueños en realidad o si solo con soñarlos es suficiente.

Estas son algunas de las cuestiones que queremos que nuestros hijos y alumnos se empiecen a plantear con esta colección. Así, cuando sean adultos, no habrá noticias falsas que no se cuestionen, políticos que compren su voto con falsas promesas, ni publicidad que les incite a gastar lo que no tienen. Serán adultos informados que tomarán sus decisiones libremente, gracias a que ejercitaron desde niños su pensamiento crítico.